No se puede entender la vida sin incertidumbre. No es mala, forma parte de la vida y tenemos que aprender a vivir con ella. Y lo mismo pasa con la economía.
En los últimos años ha habido muchos acontecimientos que nos han mantenido alerta. Sin duda los primeros meses del Covid han sido los de mayor incertidumbre. Al principio temíamos por nuestros negocios y nuestra economía. Pero por suerte se superó. Y es que la vida siempre continua por difícil que sean las circunstancias. Y adaptarnos a los acontecimientos y estar ágiles ante los cambios, sin duda nos ayuda no sólo a continuar, si no también a crecer.
Para el sector del azulejo, de la reforma y la construcción, los meses posteriores al confinamiento fueron buenos. Al fin y al cabo muchas personas habían mantenido su puesto de trabajo o cobrado los ERTE. Y la capacidad de ahorra de las familias incrementó debido a la imposibilidad de salir y viajar.
Además, la necesidad de estar en casa durante meses nos hizo querer mejorarla, aumentar nuestro confort en nuestro hogar. Eso nos llevo a cambiarnos el sofá, pintar las habitaciones, arreglar los electrodomésticos, cambiar los azulejos del baño o el suelo de la terraza.
Incluso muchos cambiaron de vivienda, a una más grande, con balcón o con jardín.
Una vez pasada esta primera fase "post covid", empezaron a fallar las materias primas y con ello empezaron los problemas de stock. En nuestra actividad, el sector de azulejo, hubo grandes roturas de stock por falta de tierras, pero también por falta de pallets o plásticos. Subió la luz....etc
Esta escasez hizo que aumentarán los precios. Aunque nada que ver con lo que estaba por venir.
A principios de 2022 y sobretodo desde que se inició la guerra entre Rusia y Ucrania, la incertidumbre y los precios de los azulejos se disparaon.
Por una parte, la mayoría de la materia prima para fabricar el azulejo (la arcilla), se importaba desde Ucrania. Aunque esto parecía que iba a ser el principal problema, no lo fue. Las azulejeras llegaron a acuerdos con otros países, incluso comenzaron a explotar canteras de España.
Ha sido el corte de gas y la subida de su precio lo que más ha afectado a los precios de los azulejos. El principal recurso que se necesita para cocer la cerámica, es el gas. Su precio se ha multiplicado por 10 y por la lo tanto el coste de fabricación se ha disparado, repercutiendo en el PVP del azulejo.
Las primeras semanas las marcas no paraban de modificar sus tarifas, lo que era un caos para las tiendas. Después se optó por una opción menos mala. La tarifa se mantendría fija para cada mes se le cargaría una canon de tasa energética, en función del precio delgas del mes anterior.
Esto traducido quiere decir que sin un azulejo vale 15 € de base, al mes siguiente puede costar 15 € + 3 € /m2, por ejemplo.
Este incremento energético, como hemos dicho, se modifica cada mes. En el mes de septiembre, por ejemplo, tenemos un incremento de tasa energética de entre 3 € y 5 € por m2, según la fábrica y el valor del producto que fabrica.
Esto supone un incremente del precio respecto al año anterior de un 25% ó 30%.
Parece que este no es un buen mes para comprar azulejos, pero la incertidumbre actual hace que quizás sea mejor que los próximos. No lo sabemos.
Sin duda esta incertidumbre está parando la economía, y puede hacerlo todavía más si la situación no mejora pronto. Y es que esto, en nuestro sector, tiene varias consecuencias:
1. Algunas fábricas están parando hornos. Los sobre costes son inasumibles por algunos proveedores, que no les sale a cuenta seguir fabricando y prefieren "tirar de stock" esperando una solución temprana.
2. El cliente final se lo piensa más antes de comprar, y si no tienen una necesidad imperial, prefieren esperar unos meses para ver si pueden abaratar su compra.
3. Las constructoras han parado sus proyectos. Con el vaivén de precios es imposible fijar un presupuesto de construcción. Y antes de encontrarse con incrementos de precios que no pueden ni asumir ni repercutir a sus clientes, prefieren no empezar obras nuevas.
A pesar de que las noticias de hoy no son las mejores, recordar que todo pasa. Ser prudentes pero no paralizaros por las malas noticias que nos bombardean. La vida sigue, y sin miedo mejor.
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